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Mostrando entradas de octubre, 2013

Dos citas contrapuestas sobre la verdad

La primera, de Campoamor: Y es que en el mundo traidor nada hay verdad ni mentira; todo es según el color del cristal con que se mira. La segunda, de Antonio Machado: ¿Tu verdad? No, la Verdad, y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela. La mayoría de mis alumnos suelen elegir la primera, pero cuando vienen a reclamar la nota de un examen, prefieren la segunda.

En qué consiste la ética (adaptado de un texto de Savater)

La ética no es más que el intento racional de averiguar cómo vivir mejor. Sólo quien ha nacido para esclavo o quien cree que todo da igual se dedica a vivir de cualquier manera. Quieres averiguar cómo vivir mejor y darte la buena vida: estupendo. Pero también quieres que esa buena vida no sea la buena vida de una coliflor o de un escarabajo, sino una buena vida humana . Es lo que te corresponde, y estoy seguro de que a ello no renunciarías por nada del mundo. Pues bien, ser humano consiste principalmente en tener relaciones con los otros seres humanos. Si pudieras tener muchísimo dinero, una casa suntuosa, las mejores ropas, los más exquisitos alimentos, etc., pero todo ello a costa de no volver a ver ni ser visto por ningún ser humano jamás, ¿estarías contento? ¿Cuánto tiempo podrías vivir así sin volverte loco ? ¿No es la mayor locura querer las cosas a costa de la relación con las personas? Muy pocas cosas conservan su gracia en la soledad; y si la soledad es completa y definiti

Dudar de lo indudable

En estos días hemos leído en clase un texto sobre el origen de la filosofía y su nacimiento a partir de la admiración y la duda. Admiración ante un mundo enigmático que, a pesar de su diversidad y sus cambios, muestra orden y unidad.   Duda entendida como un cuestionar aquello que todos damos por bueno o verdadero. Esta definición de duda me sorprende: ¿cuestionar lo que todos damos por bueno o verdadero? Cuestionar lo incuestionado, lo que entre nosotros se presenta como evidente, claro por sí mismo, indiscutible y obvio. Me doy cuenta de que dudar de lo que es dudoso es una tarea muy sencilla, pero dudar de lo indudable, no. Basta hacer la prueba preguntándonos qué es hoy para nosotros lo incuestionable. Pregunto a mis alumnos si hay algo en este mundo absolutamente indudable   y, después de pensarlo, algunos me contestan: la muerte. En efecto, ¿quién duda entre nosotros de la muerte, de su poder sobre la existencia, de su evidencia irrebatible? ¿Acaso hay alguien capaz hoy de